Renunciar a una herencia en España: trámites y consecuencias

5/25/2025|herencia

Renunciar a una herencia en España: trámites y consecuencias

Las herencias suelen asociarse con la adquisición de bienes y derechos. Sin embargo, no siempre resultan beneficiosas, ya que también pueden implicar la asunción de deudas o cargas económicas que afectan al patrimonio del heredero.

En estos casos, el Derecho civil español permite la renuncia a la herencia como una opción legal plenamente válida. Esta decisión, lejos de ser meramente formal, puede conllevar efectos relevantes a nivel personal, patrimonial y fiscal.

En este artículo analizamos las principales cuestiones relacionadas con la renuncia de una herencia en España: sus consecuencias legales, el procedimiento aplicable y los plazos establecidos para llevarla a cabo.

¿Qué significa renunciar a una herencia?

En España existen dos formas de actuar frente a una herencia:

  • Aceptar la herencia: de forma expresa o tácita, y puede ser pura y simple o a beneficio de inventario.
  • Renunciar a la herencia: es decir, el renunciante no recibe nada del patrimonio hereditario.

Renunciar a una herencia implica rechazar los bienes, derechos y obligaciones que una persona fallecida (el causante) deja a sus herederos.

Es un acto jurídico unilateral que debe formalizarse expresamente ante notario mediante escritura pública. Al renunciar, el heredero no adquiere ningún derecho ni asume responsabilidad alguna sobre el patrimonio hereditario.

Está regulada por el Código Civil, en los artículos 988 y siguientes, que establecen los requisitos y efectos de este acto.

¿Cuándo es conveniente renunciar a una herencia?

Existen diversas situaciones en las que puede ser aconsejable renunciar a una herencia, como por ejemplo:

  • Cuando las deudas heredadas superan el valor de los bienes y derechos recibidos.
  • Cuando los bienes están en mal estado o resultan difíciles de vender.
  • Cuando la aceptación de la herencia supone un coste fiscal o económico elevado.
  • Por motivos personales o familiares, como ceder la herencia a otros herederos o evitar conflictos.

¿Cuáles son las consecuencias de renunciar a una herencia?

La renuncia a una herencia no implica consecuencias negativas para el renunciante, sino que genera determinados efectos jurídicos, entre los que destacan:

  • El renunciante queda excluido del proceso hereditario, como si nunca hubiera sido llamado a heredar.
  • No adquiere ni los bienes ni las deudas del causante.
  • Su parte de la herencia se transmite a los siguientes en la línea sucesoria, salvo que exista una sustitución o se apliquen normas de representación.
  • En determinados casos, la renuncia puede tener repercusiones fiscales o afectar a prestaciones sociales.

Renunciar a una herencia en España

Tipos de renuncia a la herencia en España

En el ordenamiento jurídico español solo se reconocen y validan dos tipos de renuncia a la herencia, ambas con requisitos formales y consecuencias jurídicas y fiscales distintas:

1. Renuncia pura y simple

  • Es la forma más común y segura para evitar cualquier responsabilidad sobre la herencia.
  • Debe realizarse mediante escritura pública ante notario.
  • No puede hacerse parcialmente ni con condiciones.
  • No se designa beneficiario; simplemente se rechaza la herencia.
  • No tiene implicaciones fiscales adicionales, ya que no se adquiere patrimonio alguno.
  • La parte renunciada se redistribuye entre los coherederos o pasa a los sustitutos designados, según lo establecido en el testamento o por la ley.

2. Renuncia a favor de otra persona (renuncia traslativa)

  • También conocida como cesión de derechos hereditarios, se produce cuando el heredero designa a una persona concreta para que reciba su parte.
  • Puede hacerse a favor de otro coheredero o de un tercero.
  • Tiene importantes implicaciones fiscales, ya que se considera una donación.
  • El beneficiario debe tributar por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, como si hubiera recibido una donación del renunciante.
  • Cuando el beneficiario no tiene parentesco cercano con el causante, el impuesto aplicable suele ser más elevado.

Es importante tener en cuenta que en España no se admite la renuncia tácita, ni la renuncia parcial o sujeta a condiciones. La renuncia debe ser siempre expresa, total e irrevocable, y otorgada mediante escritura pública ante notario. Cualquier intento de renunciar verbalmente, mediante inacción, o limitando su alcance, no solo carece de validez legal, sino que puede interpretarse como una aceptación de la herencia, con todas sus consecuencias.

¿Quiénes son los sustitutos designados y cómo se designan?

Cuando un heredero renuncia a una herencia, su parte no desaparece, sino que debe redistribuirse conforme a lo previsto en el testamento o, en su defecto, según las normas legales. En este contexto, entran en juego los sustitutos designados, figuras clave para asegurar la continuidad del proceso sucesorio.

Sustitución vulgar

Es la forma más habitual de sustitución. El testador designa a una persona que heredará en lugar del heredero inicial en caso de que este no quiera o no pueda aceptar la herencia (por renuncia, fallecimiento, incapacidad, etc.).

Ejemplo: “Instituyo heredero a mi hijo Juan, y en su defecto, a mi hija Ana.”
Si Juan renuncia, Ana le sustituye automáticamente.

Esta forma de sustitución debe constar de manera expresa en el testamento. Si no se ha previsto, se aplica el derecho de representación, por el cual los descendientes del renunciante ocupan su lugar en la herencia.

Otras formas de sustitución

Existen también otras modalidades, menos frecuentes pero igualmente reguladas por el Código Civil:

  • Sustitución fideicomisaria: El heredero acepta con la obligación de conservar y transmitir los bienes a otra persona tras un determinado plazo o al cumplirse una condición.
  • Sustitución pupilar y ejemplar: Previstas para proteger a hijos menores o personas con discapacidad. El testador designa quién heredará en su lugar si fallecen antes de cierta edad o sin testar.

¿Cómo se designan los sustitutos?

Los sustitutos deben ser nombrados expresamente en el testamento, mediante la voluntad clara del testador. En ausencia de testamento o de disposición específica, se aplican las siguientes reglas:

  • Si el renunciante tiene descendencia, esta puede heredar por derecho de representación.
  • Si no hay descendientes, su parte se reparte entre los restantes coherederos.
  • En última instancia, la herencia pasa a los herederos legales del siguiente grado, conforme al orden sucesorio establecido por ley.

Consideraciones fiscales

En general, la renuncia a una herencia no genera obligación tributaria directa para el renunciante, ya que no adquiere bienes ni derechos que deban ser gravados.

Sin embargo, existen situaciones en las que pueden surgir implicaciones fiscales:

  • Cuando la renuncia se realiza pura y simplemente, sin designar a un beneficiario concreto, se considera una renuncia neutra, sin consecuencias fiscales adicionales.
  • Si la renuncia se efectúa en favor de una persona concreta (otro heredero o un tercero), se considera una cesión de derechos hereditarios, con implicaciones fiscales. La Agencia Tributaria interpreta esta acción como una donación, por lo que:

    • La persona que recibe los bienes (el beneficiario) debe tributar por el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, en la modalidad de donación.
    • El renunciante no tributa directamente, pero su acto origina la obligación tributaria del beneficiario.

¿Es posible renunciar a favor de un tercero?

Sí, se puede renunciar a favor de un tercero no llamado inicialmente a la herencia. En este caso, también se considera una donación, y el receptor tributará conforme a su grado de parentesco con el fallecido, aplicándose generalmente un tipo impositivo más alto cuando no existe parentesco cercano.

Por tanto, antes de renunciar a favor de alguien concreto, es muy recomendable consultar con un asesor fiscal o notario, dado que las implicaciones económicas pueden ser significativas.

Preguntas frecuentes

1) ¿Qué pasa si uno de los herederos renuncia a la herencia?

Cuando un heredero renuncia, su parte no desaparece:

  • Se redistribuye entre los demás coherederos, si no hay una previsión diferente en el testamento.
  • Si el testador designó sustitutos, estos ocuparán su lugar.
  • En ausencia de sustitución, su parte puede pasar a sus descendientes mediante el derecho de representación.

2) Si renuncio a la herencia de mi padre, ¿pasa a mis hijos?

Sí. Si renuncias pura y simplemente, tus hijos pueden heredar en tu lugar por el derecho de representación (art. 929 del Código Civil). Sin embargo, ellos también podrán decidir si aceptan o renuncian a la herencia.

3) ¿Qué pasa si todos los herederos renuncian a la herencia?

Si todos los herederos renuncian:

  • La herencia pasará al siguiente grado de parientes según la ley (por ejemplo, nietos, hermanos, sobrinos...).
  • Si nadie la acepta, la herencia puede declararse vacante y acabar siendo adjudicada al Estado como heredero abintestato.

4) ¿Cuánto se paga por renunciar a una herencia?

Renunciar no implica pagar impuestos directamente, ya que no se adquiere patrimonio. Sin embargo, hay algunos costes:

  • Gastos notariales por la escritura de renuncia (entre 50 y 150 euros, aproximadamente).
  • Si se renuncia a favor de otra persona, se considera una donación, lo que puede generar una carga fiscal para el beneficiario.

Si hay cesión a favor de otra persona, es fundamental consultar con un asesor fiscal antes de firmar.

5) ¿Qué trámites hay que hacer para renunciar a una herencia?

Los pasos para renunciar son:

  1. Obtener el certificado de defunción del causante.
  2. Solicitar el certificado del Registro de Últimas Voluntades.
  3. Acceder al testamento o, si no lo hay, iniciar la declaración de herederos.
  4. Otorgar escritura pública de renuncia ante notario.

La renuncia debe ser expresa, total, sin condiciones y formalizada correctamente.

6) ¿Cuánto tiempo hay para aceptar o renunciar a una herencia?

Aunque el Código Civil no fija un plazo concreto, la jurisprudencia admite hasta 30 años (por prescripción de acciones).

No obstante, desde un punto de vista fiscal, se recomienda decidir en un plazo de 6 meses desde el fallecimiento, ya que es el límite para presentar el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones. Este plazo puede prorrogarse otros 6 meses si se solicita.

Conclusión

Renunciar a una herencia en España es una decisión que debe tomarse con plena conciencia, ya que implica rechazar tanto bienes como deudas, y puede afectar no solo al renunciante, sino también a sus descendientes. Conocer los plazos, los trámites, las posibles consecuencias fiscales y las alternativas —como la aceptación a beneficio de inventario— es esencial para tomar decisiones informadas y proteger tus intereses.

Si tienes dudas sobre cómo proceder en tu caso concreto, lo más recomendable es acudir a un notario o abogado especializado en derecho sucesorio, quienes podrán asesorarte y ayudarte a tomar la decisión más adecuada según tus circunstancias e intereses. 

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