12/2/2025|diamantes

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El color morado en los diamantes es una de las anomalías más intrigantes de la gemología contemporánea y pertenece al grupo más escaso dentro de los diamantes de fantasía. Su rareza histórica es tal que apenas existen referencias anteriores al siglo XX, un silencio documental que subraya lo excepcional de estas piedras.
Tradicionalmente, el color púrpura ha simbolizado exclusividad, prestigio y poder, atributos que hoy encuentran un eco natural en estos diamantes.
Esa combinación de rareza, complejidad y carga simbólica ha convertido a los diamantes morados en una categoría singular dentro del mercado de las gemas excepcionales.

El color morado en los diamantes sigue siendo un misterio dentro de la gemología moderna. Los estudios apuntan a que su coloración podría originarse en alteraciones poco frecuentes dentro de la estructura del diamante, entre ellas:
La interacción entre estas alteraciones - tanto estructurales como químicas - da lugar a la configuración final del color, modulando su matiz, tono y saturación. Ninguno de estos mecanismos ha sido confirmado de manera definitiva; lo que sí se observa es que afectan de forma directa al recorrido de la luz dentro del diamante, generando una gama que va desde los violetas suaves hasta los púrpuras de saturación intensa.

El origen de estos raros diamantes influye de forma decisiva en su prestigio. A diferencia de otros colores de fantasía, solo aparecen en unos pocos yacimientos del mundo:
A menudo surge la pregunta “¿cómo se llama el diamante de color morado?”. En gemología, se distinguen dos variantes principales dentro de este espectro: los diamantes violetas y los diamantes púrpura, diferenciados por la presencia dominante de matices azulados o rojizos.
La clasificación del color en diamantes morados combina tres factores fundamentales —matiz, tono y saturación— cuya interacción determina la categoría final de cada gema y su impacto visual.
Dentro de esta paleta, el GIA reconoce dos grandes matices:
Esta diferencia cromática explica por qué dos diamantes morados pueden parecer similares a simple vista y, sin embargo, situarse en rangos de valoración muy distintos.

El GIA clasifica los diamantes morados desde tonos muy suaves hasta colores excepcionalmente saturados. Cada categoría refleja un equilibrio particular entre el matiz, tono y saturación:

Además del matiz principal, muchos diamantes morados presentan variaciones sutiles que influyen tanto en su presencia visual como en su valoración. Las más habituales son:
En el segmento de alta gama, las combinaciones más apreciadas son los morados saturados - especialmente los Fancy Intense y Fancy Vivid Purple - cuando el color aparece limpio y sin modificaciones grises.
El valor de un diamante morado depende, sobre todo, de la calidad y autenticidad de su color. A ello se suman varios factores gemológicos que adquieren especial relevancia en una categoría tan escasa como esta.

Estos rangos reflejan los valores actuales observados en subastas y ventas privadas, y corresponden a diamantes morados con buena claridad y una talla proporcionada, siempre evaluados de forma individual.
Clasificación | 1 quilate | 3 quilates |
Fancy Light Violet | 25.000 – 60.000 € | 80.000 – 180.000 € |
Fancy Violet / Fancy Purple | 70.000 – 150.000 € | 200.000 – 450.000 € |
Fancy Intense Purple | 150.000 – 300.000 € | 500.000 – 1.000.000 € |
Fancy Vivid Purple | Desde 500.000 €/ct | 2 – 3 M€ (o más) |
La pregunta más habitual entre coleccionistas - ¿cuánto cuesta un diamante violeta? - no tiene una única respuesta. Su valor depende, ante todo, de la intensidad del color, el peso y la procedencia, factores que pueden situar una gema modesta en decenas de miles de euros o elevar una pieza excepcional hasta cifras millonarias.
A pesar de su extrema rareza, algunos diamantes morados han alcanzado notoriedad global:
El Royal Purple Heart es el diamante púrpura más célebre del que se tiene constancia. Con 7,34 quilates y una clasificación Fancy Vivid Purple, combina un tamaño excepcional con la saturación más alta dentro de esta categoría de color.
La gema - presuntamente originaria de Rusia - fue tallada en forma de corazón. Su claridad I1 es inusual en diamantes de esta relevancia, aunque su valor reside principalmente en la rareza del color y en su extraordinario peso.
Gemólogos como Michael Hing han señalado la presencia de graining visible y una tonalidad más profunda de lo que muestran muchas fotografías. Su valor exacto es desconocido, pero se estima que supera los 10 millones de dólares, situándose entre los diamantes morados más excepcionales del mercado contemporáneo.

El Supreme Purple Star, de posible procedencia amazónica, apareció por primera y única vez en Londres en 2002 y es considerado el diamante púrpura más enigmático documentado. Su peso exacto es desconocido - se estima entre 2 y 5 quilates - y presenta un fenómeno óptico excepcional: un color que oscila entre un púrpura intenso y destellos crimson, visibles desde ciertos ángulos.
Evaluado por el British Gemological Institute, su dualidad cromática - inédita en otras gemas conocidas - ha alimentado su reputación casi legendaria. No existe información pública sobre su claridad, su propietario o su valor, lo que añade un grado adicional de misterio a esta pieza única.

El diamante violeta más importante que ha producido la histórica mina australiana de Argyle. El hallazgo en 2015 de un diamante en bruto de 9,17 quilates supuso una rareza absoluta incluso para este yacimiento, célebre por sus gemas en tonos rosas y violetas.
Tras más de 80 horas de trabajo especializado, la piedra adquirió su forma actual: un diamante oval de 2,83 quilates, clasificado por el GIA como Fancy Deep Greyish Bluish Violet, una combinación prácticamente única en el mercado.
Presentado como la pieza central del Argyle Tender, despertó un interés inmediato entre coleccionistas internacionales. Su precio final no fue divulgado, aunque se considera el diamante violeta más valioso recuperado de Argyle hasta la fecha.

Uno de los diamantes morados más comentados de la última década. Procedente de una mina sudafricana, y tras cuatro meses de pulido, alcanzó la categoría Fancy Intense Pinkish-Purple y una claridad VS2, una combinación excepcionalmente rara en tamaños superiores a los tres quilates.
Presentado en la Hong Kong Jewellery & Gem Fair, su valoración se situó en torno a los 4 millones de dólares. Más allá de su intensidad cromática y su peso poco habitual, este diamante destaca por encarnar el misterio que sigue rodeando al color púrpura en los diamantes naturales.

El diamante morado representa una de las manifestaciones más raras y cautivadoras dentro del universo de los diamantes de fantasía. Su origen limitado, sus matices - del violeta más etéreo al púrpura profundo - y su presencia casi siempre única convierten cada ejemplar en una gema de colección.
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